lunes, 16 de abril de 2007

Paul Valéry


Anexo un texto de 10 páginas, muy denso en significados, y que viene a dar una explicación que creo que necesitamos tener. Da la impresión de que estamos persiguiendo una solución única como si esta existiera. Por un lado buscamos métodos de generación de ideas basados en la creatividad porque la razón ya no destila tanta confianza, pero por otro lado los estamos buscando desde la razón.

Y ahora os hablo un poco del texto, para el que no lo quiera leer.
El texto es de Paul Valéry, un poeta Francés del segundo cuarto del siglo pasado, que a mediados de vida se convirtió en filósofo e historiador. Como poeta demostró una excepcional creatividad, os lo puedo asegurar (leed 'El Cementerio marino' o ' La joven Parca' y preparados para viajar a un pensamiento). Después su filosofía quedó totalmente impregnada de lenguaje poético, es una gozada leerla.
Defiende la idea de una 'capacidad de disentimiento histórico', según la cual, estamos dotados como de una especie de instinto a nivel de especie (a nivel social (filogenético) más que a nivel de individuo (nivel ontogenético) para nunca ponernos de acuerdo. Esto tiene mucho fundamento con toda la tradición filosófica según la cual la dialéctica ha sido el motor de la razón universal (ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo la gente busca razones y más razones, desarrollándose cada vez más el 'músculo de la razón' (esto tiene sus peligros que si queréis podemos discutir)).
Pues no sé si ahora estamos buscando la única razón, mirar quien dice la verdad más clara y más alta para seguirla sin riesgos, buscar expertos, gurus...
Si esto que dice Valéry es cierto, difícil es que intentemos llegar a un consenso, y por eso abogo yo por empezar con la prueba y error. Finalmente el mundo histórico parece que ha resultado ser más empírico que racional.
No hay que temer el fracaso.
Todo esto me viene porque informándome sobre un libro que recomendaba Bea, me apareció toda una serie de Bibliografía reaccionando contra ese libro, defendiendo el punto de vista contrario. ¿A cuál creemos? Osea, que como andemos buscando la verdad en libros vamos listos. Los libros nos tienen que servir para leerlos, pero Biblias solamente hay una, y con muchas interpretaciones por cierto. Hagamos lo que hagamos, y leamos lo que leamos, siempre habrá dos puntos de vista, al menos. Este correo seguro que produce dos puntos de vista: Kiko tiene razón y Kiko no tiene ni puta idea. Aunque también otras muchas como: Kiko es un listillo, Kiko es odioso... Podéis insultarme libremente.
Tampoco tenemos que olvidar que la función del grupo, yo creo, es la de buscar ideas, y no la de ser creativos. No confundamos los medios con los fines. La creatividad es solamente un medio para buscar ideas, no es el fin, el fin son las ideas buenas, y creo que debemos de centrar nuestra atención en ellas, en el fin. Si prestamos atención a los medios, perderemos de vista los fines. Parece que lo de la creatividad es algo contemporáneo, y llevamos evolucionando a lo largo de toda la historia de la humanidad, y solamente se evoluciona con ideas diferentes, o sea, que se lleva siendo creativo siempre. Otra cosa es que ahora se haya organizado un mercado financiero en torno a la creatividad, y no sé si es bueno que nos dejemos embaucar por él. Bien que sepamos que existe y que nos podemos aprovechar de él, pero el fin son las ideas, no participar como consumidores de este mercado. Si podemos participar como generadores de mercado, pues perfecto.
Newton parecía el típico Británico seco y de pensamiento rígido, y ya veis la que lió. No sería bueno que por buscar solamente la creatividad, desperdiciásemos toda una fuente de generación de ideas que reside en otras actitudes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta la historia que cuentas, Kiko. Suscribo la crítica a apuntarnos a la última idea del gurú, y frente a ello, apuesto por experimentar en la vida real, la prueba y el error. Me apunto a no temer al fracaso, aunque lo tema. O mejor, a indagar en el fracaso, escucharlo, acoger a la persona que me cuenta su fracaso, porque me puedo identificar con él. ¿No fracasamos todos? ¿No arrastramos nuestra propia tragedia personal?
Pero volviendo a las ideas, a su búsqueda, quisiera apostar por la parte de ilusión, personal e intransferible que hay en cada idea aportada, dicha, pensada o escrita por una persona. Tirar del hilo de esa ilusión para hacer que crezca, evolucione, hasta llegar tal vez a que la idea tenga gran valor también para otros.