viernes, 25 de mayo de 2007

¿y yo? ¿seré in-oportunador?

El miércoles estuve tomando una copita de champán con Putin y la Princesa Hohenzollern. Os juro que es la primera vez y prometo no volver a hacerlo, no son mis compis del cole ni de cate ni de la uni ni del partidillo de los viernes ni del mus ni de La Q ni ná de ná, pero me ví envuelto en una de estas cosillas que te tiran de la corbata y no sabes a dónde vas a llegar: la inaguración VIP de la feria inmobiliaria de Viena.

En realidad participé en el congreso de urbanismo CORP 2007, que este año hizo concidir su fin con el comienzo de la citada feria, cuyas conferencias inagurales fueron pronunciadas por dos ponentes del congreso y algún que otro magnate más, entre los que destacó (por su elegante chulería - parecía de Indautxu) el actual Gran Maestre de la Masonería austríaca. Cosas que tiene la vida, a mi me presentaron a media docena como Mr. nombreinpronunciable, de Bilbao. Afortunadamente permaneceré en el anonimato.

Hice un cálculo rápido multiplicando la media de los dos asistentes que hicieron mención pública de sus inversiones inmobiliarias por los aprox 40 asistentes que nos dimos cita (excluyendo a los 5 urbanistas -un alemán, un austríaco, un italiano, un holandés y el menda, parecía de chiste- que llegamos, como seres de otro mundo, del CORP): me sale que en esa pequeña sala había 60.000.000.000 eurillos listos para convertirse en ladrillos.

Pese a que os tuve siempre en la lengua y en la imaginación, no se me ocurrió manera de atraer ni siquiera una teja inversora a las faldas del archanda. No es que me diera un ataque de timidez, incluso insití -pero no conseguí- que me presentaran a la Hohenzollern; sin embargo, me sentí poco preparado para pedir un patrocinio para el grupo de IDEAS. ¿Será que soy un inoportunador? ¿Tendré que aprender mucho todavía, pequeño saltamontes?

Dos cosas he aprendido; que los mundos paralelos tienen agujeros negros como conexiones inmediatas abiertas al chinchin de una copa de champán; y que ser de Bilbao y llevar corbata en el lugar y momento adecuados te pone cerca de los grandes inversores.

Conclusión: a partir de ahora voy a tener en mi armario una botella de Freixenet, dos copas, una corbata y la partida de nacimiento. A lo mejor vuelve a funcionar.

PD. qué bien se está en casa.

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